¿Para qué utilizamos las palabras?
Los sustantivos: sirven para nombrar seres
vivos, objetos, lugares, sentimientos o ideas: niña, gato,
jarrón, río, alegría, amabilidad. Son variables porque
tienen género (masculino y femenino) y número (singular y
plural). Según su significado pueden ser concretos
(silla), abstractos (amor, paciencia);
individuales (perro), colectivos (cordillera),
contables (silla), incontables (azúcar)
Los adjetivos: expresan las cualidades de los
sustantivos (tamaño, color, forma, etc.) También son variables,
pues concuerdan con el sustantivo al que acompañan: chaval
simpático, profesor amable, chicos
inteligentes). Además es graduable: podemos decir: Ese
chico es más inteligente que el otro o muy
inteligente o inteligentísimo.
Los determinantes: van siempre al lado del
sustantivo y sirven para presentarlo o concretar su significado.
No es lo mismo decir Ha venido un chico (no sé qué
chico es) que Ha venido el chico (ese chico sí sabemos
quién es). También concuerdan con el sustantivo: este
film, esta película. Clases de determinantes: artículos
(el, la, los…); posesivos (indican que algo es mío o de
otro; su móvil, vuestros padres); demostrativos
(indican dónde se sitúa lo que nombramos, en el espacio o en
tiempo: esta moto; aquella chica tan guapa,
aquel año); numerales (indican cantidad: trescientos
guerreros, tres juegos, la tercera alumna), indefinidos
(cantidad imprecisa: muchos alumnos, no sabemos cuántos;
bastantes notas); interrogativos (indican pregunta: ¿de
qué color son sus ojos?; ¿cuántos libros
tienes?) y exclamativos (sirven para exclamar
(¡Qué moto más alucinante! ¡Cuántas amigas
tienes!
Los pronombres: sustituyen al nombre, se sitúan
en su lugar y lo sustituyen: personales (yo, tú, él,
nosotros, vosotros, ellos, me, te, se, nos, os, se, mi,
ti…etc.) Ejemplos: Yo te dejo el juego (Yo, la
persona que habla; te (te lo dejo a ti). Coinciden con
los determinantes: posesivos, demostrativos, numerales,
indefinidos, interrogativos y exclamativos. La diferencia es que
los determinantes van con un sustantivo y los pronombres, no: Esa
bicicleta es mía. (Mía, se pone en lugar de bicicleta).
Los verbos: son palabras variables que indican
acciones, procesos o estados en un tiempo determinado: Yo
cogí el balón (Expresa una acción sucedida en el
pasado). El bebé duerme profundamente (Expresa un estado mientras
está pasando). El verbo es la palabra más importante de
una oración, porque formarla por sí sola: Sonríe. Salta. Vive.
Dentro de los verbos están las formas personales (que se
conjugan con el yo, tú, él, etc.) y las formas no personales
(infinitivo, gerundio y participio): infinitivo (1ª conjugación
(ar), 2ª conjugación (er) y 3ª conjugación (ir); gerundio
(saltando, corriendo, jugando), participio (estudiado, hecho,
comido).
Los adverbios: son palabras invariables que
aportan significados de lugar (aquí, cerca), tiempo
(ahora, luego, mañana), modo (bien, mal,
regular), cantidad (bastante, más, poco, mucho),
afirmación (sí, también), negación (no, nunca,
jamás), duda (quizá, acaso, tal vez). Muchos
adverbios se forman a partir del adjetivo añadiendo
mente: breve (brevemente), rápido
(rápidamente), alegre (alegremente), ágil
(ágilmente)
Preposiciones: no tienen significado por sí
solo, sirven para unir una palabra con la que complementan. Mesa
de madera, café con leche, juego sin
trucos. Recuerda (a, ante, bajo, cabe, con, contra, etc.
Conjunciones: son invariables. Sirven para unir
palabras u oraciones: María y Juan están juntos;
Compramos un piso o un apartamento; No temas: mi perro
ladra pero no muerde.
Interjecciones: son palabras invariables con
entonación exclamativa que suelen equivaler a toda una oración.
Expresan emociones o llamadas de atención del oyente: ¡Ay!,
¡Eh! ¡Oh!, ¡Caramba!, ¡plaf!